Porque Cuenca no solo es el Casco Antiguo, es que incluso desde su extrarradio se ven rincones dignos de admirar, y sino, aquí un ejemplo:
Eclepticismo de la construcción y laberinto de callejas y rincones, encanto de mirada hacia el Jucar, tiempo lento de subida y correr de bajadas.
A principios del siglo pasado, en el éxodo de la gente del pueblo a la ciudad, en Cuenca lo normal es que se quedase a vivir en el extrarradio, o en el barrio de los tiradores o en el de San Antón, y si les iba bien en el trabajo y en la vida luego pasaban a formar parte de la capital.
¡Estas imágenes es un homenaje a todas aquellas personas como mis padres que tuvieron una vida mejor en esta Cuenca que les acogió con los brazos abiertos, y a la cual yo me siento una sencilla persona que con estas imágenes y la ayuda de otros amigos-compañeros quieren ayudar a que la ciudad sea digna como es de un patrimonio de la humanidad!.
Alma de trabajo, de esfuerzo, sudor y lágrimas, penurias y alegrías que acompañan al Jucar en su despedida de la ciudad, guia de alfareros y barrio digno de descubrir, así que cuando pases por allí te aconsejo que lo mires con otros ojos, pues quizás alguno de los tuyos pertenezca al pueblo de San Antón, donde la Virgen de la Luz vela por todos los conquenses.
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